El comer emocional no es simplemente tener hambre, sino usar la comida como una manera de afrontar emociones difíciles o llenar un vacío que nada parece saciar. En ocasiones, comemos en respuesta a la tristeza, el estrés, la ansiedad o incluso el aburrimiento, y no por una verdadera necesidad física. Esta relación con la comida puede convertirse en un ciclo difícil de romper, donde comemos para sentirnos mejor, pero terminamos sintiéndonos culpables y fuera de control. Sabemos que el comer emocional no es solo una cuestión de "falta de fuerza de voluntad", sino un mecanismo que refleja necesidades emocionales no satisfechas y patrones de afrontamiento que buscan aliviar un malestar interno.
El comer emocional a menudo está impulsado por emociones intensas y difíciles de manejar, que luego generan un ciclo de culpa y malestar.
Cuando el comer emocional se convierte en un hábito, surgen pensamientos relacionados con la comida y las emociones que perpetúan este ciclo.
Sabemos que el comer emocional puede sentirse como una lucha constante e interminable. Sin embargo, es importante recordar que no estás solo/a y este comportamiento tiene solución.
A través de herramientas como la psicoterapia centrada en la gestión de emociones, la reconexión con el hambre física y el desarrollo de estrategias de afrontamiento saludable, puedes romper este ciclo y construir una relación más equilibrada con la comida y tus emociones.
Si sientes que la comida se ha convertido en tu forma principal de manejar el estrés o las emociones, nuestro equipo de psicólogos en Alicante estamos aquí para ayudarte.
Si te identificas con alguno de estos síntomas, estamos aquí para ayudarte.
Contamos con un equipo de profesionales cualificados y especializados para ofrecerte el apoyo y tratamiento que más se ajuste a tus necesidades.
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